jueves, 4 de octubre de 2012

"La plaga". relato de ciencia ficción de Federico Poublan y Santiago Souto


                                           LA PLAGA

  En un tiempo muy lejano, hace unos 30 años aproximadamente. Hubo un ataque a la ciudad de Washington D.C., el 20 de febrero de 1992. Una especie de plaga atacó a la ciudad. La plaga no era de ningún animal, bicho o criatura salvaje conocida.
   Todo empezó el 15 de febrero de 1992 cuando alertas de terremoto llegaron, era la primera vez que algo así sucedía en ese lugar. Todos estaban exaltados, ya que no era algo común algo así. El 18 de febrero a las 15:35 p.m. llegó el temblor. Hubo destrozos, gritos, varios muertos y heridos, los edificios quedaron completamente destrozados y las calles estaban agrietadas hasta el fondo.
    La ciudad empezó a atender a la gente herida, muchos de ellos graves. El 20 de febrero a las 5:30 a.m. Se escuchaban ruidos muy extraños de personas y algo más que no se pudo reconocer. Varios ciudadanos fueron a investigar, la ciudad estaba en mal estado y por el temblor no había luz, la gente llevaba linternas para ver el camino y al llegar al lugar de donde parecían provenir los gritos no encontraron, lo único semejante a un humano eran pequeños rastros de sangre en el piso.
 Las investigaciones de lo ocurrido no llevaron a nada pues no había rastro de ningún humano ahí. Un par de días después las personas ya no le prestaban atención a ese asunto. Pero de repente varios de esa zona comenzaron a enfermarse, no se sabía bien por qué era pero algunos sospechaban que el temblor podía haber traído algo más. Las personas que se enfermaban no pasaba las 24 hs., era algo muy extraño, ya no se curaba con nada y el tiempo no era el suficiente para poder investigar y encontrar la cura. 

Un grupo de personas que ya estaban cansadas de todo eso, empezó a investigar la zona en la que ocurrió eso, y después de un tiempo encontraron algo interesante: en el centro de la zona, cerca de donde encontraron los rastros de sangre, encontraron una grieta más grande que ninguna otra y, por lo que parecía, muy profunda. De ella provenía un hedor muy extraño y asqueroso a la vez. Al caer la noche,  empezó a cubrir la grieta una especie de lo que parecía ser una  “plaga”, que salió a la superficie.
   Esas cosas prácticamente devoraron a las personas que observaban y los ciudadanos que pudieron escapar; dieron alerta mundial por lo ocurrido. Algunas personas que escaparon fueron mordidos por esas cosas, no muy grave pero notables heridas se observaban. Al querer atenderlas, las personas repentinamente morían en el mismo transcurso que los supervivientes de la zona. 

    Al parecer el temblor había abierto una parte de la tierra hacia el fondo y liberó algo que nadie conocía. 
     La ciudad rápidamente fue evacuada por los militares que llegaron con la alerta. La ciudad aun existe pero ya nadie la habita, jamás se supo qué fue aquella cosa, lo único que se sabe es que sigue allí y la gente que se enteró de esto cada día se preocupa de que esas cosas salgan y comiencen a invadir; o que otro temblor libere algo igual; pero estamos alertas de eso porque, sea lo que sea que se libero, puede acabar con todos si no nos preparamos.


Santiago Souto y Federico Poublan

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