miércoles, 31 de agosto de 2011

La bicicleta perdida (cuento de Federico Poublan)


LA BICICLETA PERDIDA[1]
Federico Poublan
3ro. 1ra.  Turno Mañana

       Era un día de diciembre, las clases habían terminado y se acercaba Navidad. Matías, un chico de doce años, quería una bicicleta para las fiestas porque nunca tuvo una. Y le pidió a su papá que se la diera pero él no tenía plata para comprársela.
        Matías ya se había resignado a que no le dieran su regalo. Pero, cuando tocaron las doce de la noche del viernes veinticuatro de diciembre, en el momento en que todos brindaban por la Navidad, el papá de Matías apareció con una bicicleta  nueva. Mientras el chico admiraba su bicicleta le preguntó al padre como la consiguió y él le dijo: “Hubo un concurso en la tienda y me gané esta bici”.
        Ya habían pasado las fiestas y Matías quería usar su bici nueva. Tras dos días de uso, fue a dar una vuelta con su bici y mientras volvía, sintió cómo una mano lo agarraba por la espalda y lo tiraba de su bici, al caer observó que había dos chicos en la bici oxidada y uno de ellos se bajó, tomó su bici y se fueron.
        Matías llegó a su casa triste y su papá  le pregunto: “¿Qué paso?”. Y él le explicó: “Perdí mi bici, dos chicos se la llevaron, la perdí”.
        Ya estaban por empezar las clases y el chico había ido a comprar; cuando volvía, vio a uno de los dos chicos en una bici oxidada. El distinguió una piedra a su lado y se la tiró, golpeándolo en la cabeza, tomó un palo y fue corriendo con el pibe y le gritó: “¡¿Dónde está mi bici?!”.
        El pibe le dijo dónde estaba y Matías lo golpeó en la cabeza con el palo dejándolo inconsciente. Fue a buscar su bici y vio a una persona encapuchada en la misma bici que él tenía; al acercarse, lo tiró de la bici y sin ver quién era, lo que golpeó con el palo hasta no poder más. Cuando se fue a su casa, la mama le dijo: “Ah, ¿ya te encontraste con tu padre?” El chico le preguntó a qué se refería y le dijo que su papá había recuperado su bici y lo fue a buscar todo encapuchado por el frío…



[1] Agradecemos a Santiago Adelardi quien gentilmente pasó el texto a formato digital.

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