JUGANDO CON LA MUERTE
Un día con un amigo en mi casa estábamos solos, mis padres se habían ido a visitar a mi tía, mi hermana mayor se había ido al colegio. Revisando las cosas de mi papá, encontré un arma y la agarramos, con mi amigo empezamos a jugar, era colt, cromado calibre 38, quedé obsesionado con su forma y tamaño, sabía que era peligroso pero nunca antes había visto una, solo en televisión.
Jugábamos a ponernos el arma en la sien sin saber que estaba cargada. Apunté sobre mi cabeza, apreté el gatillo y la bala atravesó mi cabeza, la sangre corría por mi cuerpo. Como si me estuviera bañando con sangre, mi amigo desesperado y sin saber qué hacer empezó a llamar a mis papás, hermana y, como nadie le pudo contestar, llamaba a vecinos hasta que llegó uno, pero fue demasiado tarde…
Micaela Carnili. (4to. 3ra.)
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