miércoles, 12 de septiembre de 2012

Ficcionalización de historias de inmigración: Una vida en otro país. autor: Gabriel Murguía)


Una vida en otro País


      Soy Omar, un chico adolescente, esta es mi historia (la de mi familia).

      En Bolivia vivían mis padres, no sé cómo es ese país, nunca fui. Mi madre estaba contenta allí, pero mi viejo se divertía mucho (con alcohol). Tenían estudios, sin embargo, las cosas no les salieron bien. Cuando había plata mi viejo se lo gastaba en su vicio (alcohol).

      En ese momento, se reunieron los dos y la idea de mi mamá era llevarnos a Argentina para que mi viejo deje su vicio, pero las cosas empeoraron. Mi mamá vino con siete hijos, con la idea de vivir en la casa de mi Tío; nada cambió todo seguía igual. Mi viejo seguía con su vicio y mi madre no trabajaba.

      Después de un año mi viejo se avivó y consiguió un terreno al igual que otros vecinos. Pelearon para quedarse allí contra los gendarmes, se quedaron igual y tuvimos dónde vivir. Después nací y, luego de un tiempo, nos mudamos a un lugar mejor.

      Mi familia no la pasó bien, había mucha discriminación, pobreza y crisis.

      Hubo muchos robos y mis hermanos (ya mayores) pelearon por no robarnos y salían heridos muy graves, aunque ellos siempre se hacían respetar y no nos robaron más.

      De un tiempo nació mi hermana y después de otro tiempo nació otra. Eso de robar o pobreza es una consecuencia de ser un inmigrante, pero si uno sale a delante va a triunfar. Mi familia salió adelante y estamos mejor que antes, pero muchos de mis hermanos se fueron (ya casados).

      Yo era muy discriminado, sin compañeros, muy apartado, pero no me rendí. Fueron pasando los años e hice compañeros este año, y yo creo que este año 2012 es el mejor, algunos me odian pero no saben en realidad quién soy. Soy un chico bueno y respetuoso, con carácter fuerte… Así me conocieron. Y unos de los chicos más buenos que conozco son Agustín y Guido, que me tratan igual que todos, como los demás compañeros que también son buenos. Sería bueno que conozcan a los descendientes o inmigrantes antes de mirarlos a la cara y no aceptarlos.

      Bueno, en mi familia estamos mejor que antes, mi viejo trabaja y mis hermanos también (menos los que estudian), hay que seguir adelante, yo soy descendiente y tengo una larga vida por vivir… Porque se me dan las oportunidades.

Gabriel Murguía

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