Después
de que Kunta Kinte haya aceptado su nombre americano su “dueño” lo dejo
encerrado por una semana, al terminar esos días Kunta Kinte tuvo que empezar
con sus trabajos de cultivo.
Por
la tarde trabajando unos de sus esclavos le comenta que o había visto cuando lo
estaban castigando por no aceptar el nombre
(Tobi) y pensó con los demás esclavos hacer una reunión para que lo
dejaran llamarse con el nombre de sus verdaderas raíces, aunque sería muy
difícil, ya que no tenían derechos.
Kunta
Kinte estaba de cuerdo pero no tenía muchas esperanzas.
Una
mañana se reunieron todos los esclavos de la hacienda donde se encontraba Kunta
Kinte y fueron a reclamarle al dueño sobre sus orígenes, al ver a todos
reunidos no le quedó más opción que aceptar sus nombres ya que si los mataba
nadie iba a hacer los trabajos.
(Jennifer
Vargas Brandan)
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