CAEL y ENCA
África,
año 1814 en una aldea nacía un niño al que llamaron Tuskake. Su nombre se lo
dieron sus padres después de 10 días de haber nacido.
Los
años pasaron y Tuskake ya era todo un hombre, él conoció a una mujer llamada
Belmani, se enamoró de ella y se casaron, al tiempo tuvieron dos hijas una
llamada Cael y la otra Enca, las dos niñas eligieron sus propios nombres, Cael tenía
12 años y Enca 10.
Un
día ellas estaban ayudando a su madre a recolectar frutos y leños, y de pronto
escucharon gritos y llantos de las demás mujeres. Los españoles habían llegado
a sus tierras a invadir y a llevarse a las mujeres hacia su continente y luego
venderlas como esclavas.
A
Cael la separaron de Enca, por la diferencia de edad. Enca se resistió a que se la llevaran e intentó escapar pero fue inútil. En cambio, Cael no mostró resistencia a los
blancos.
A ella la vendieron a un hombre en una estancia para que sea doncella de su hija
y a Enca la vendieron a una señora que tenía una tienda de antigüedades.
Ella era una niña muy servicial con sus patrones, sus
amos eran muy malos con ella, la trataban muy mal, le pegaban y hasta a veces
no le daban de comer.
Un
día cansado de tanto maltrato decidió escapar aprovechando un descuido, salió
de la estancia corriendo, pero sin saber a donde huir.
La
encontraron unos amigos de su patrón y la llevaron de vuelta a la estancia.
Sus
amos al enterarse de que se había escapado, la azotaron sin piedad y luego
decidieron venderla.
A
Enca le había tocado un ama muy buena llamada Elsa, una señora mayor que la
cuidó y crió como su propia hija.
Noelia
Bustamante
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