“JUSTICIA PARA UN BARRIO“
"Justicia para Dani Medina”, decía el
cartel que llevaba mi abuela pidiendo
justicia en la Municipalidad de San
Justo.
Todo empezó el miércoles 3 de abril, a las
22:00hs. María se disponía a cenar
después de un largo día de trabajo.
Había hecho empanadas y recién se sentaba frente al televisor. Para ella ese
era su momento en el día, cuando de repente
escuchó un disparo, no sabía por
qué ese disparo, era diferente al que suele escuchar habitualmente, entonces
sonó el teléfono y una vecina le avisó
qué le habían disparado en la cabeza a un vecino de 16 llamado Dani.
Salió de su casa, corrió, porque sabía que
el disparo fue cerca de la casa de sus nietos, y entonces vio el charco con
masa encefálica, el impacto de la bala,
y la huella de la mano de Dani en la pared. Llegó y todos estaban bien,
menos el papá de Daniel, que recién llegaba de trabajar y se encontró con que
le habían arrebatado la vida a su único hijo varón, en quien él había
depositado todas sus esperanzas. Trabajaba duro para darle a Dani las posibilidades que él no tuvo en
sus Misiones natal. Había llegado a Buenos Aires hacía casi 20 años atrás en
busca de una calidad de vida mejor, pero jamás imaginó encontrarse viviendo la
peor de las pesadillas. El dolor tan grande de ese hombre conmovió a María de tal manera que se puso en frente
del pedido de justicia y oportunidades para los chicos con problemas de adicciones.
Su lucha empezó el 5 de Abril, un día antes de su cumpleaños, en
el peor de los lugares, la sala velatoria del barrio. Vio la escena más
desgarradora que jamás había visto, un hombre, al que no sólo le habían sacado
un hijo, también sus fuerzas, sus sueños, sus esperanzas, su futuro, sus ganas
de vivir. En fin, con la vida de su hijo le sacaron también la suya. María
pensó: “¿Quién soy yo para que no me pase lo mismo?”; comprendió que si ella
hacía algo para que no vuelva a ver la misma escena, entonces la muerte de
Dani, no habría sido en vano.
Autora:
Sol Gavilán.
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