domingo, 28 de abril de 2013

Justicia para un barrio- Relato de Sol Gavilán


JUSTICIA PARA UN BARRIO

"Justicia para Dani Medina”, decía el cartel que llevaba mi abuela  pidiendo justicia en la Municipalidad  de San Justo.

Todo empezó el miércoles 3 de abril, a las 22:00hs. María  se disponía a cenar después de  un largo día de trabajo. Había  hecho empanadas y recién  se sentaba frente al televisor. Para ella ese era su momento en el día, cuando de repente  escuchó un disparo, no sabía  por qué ese disparo, era diferente al que suele escuchar habitualmente, entonces sonó el teléfono  y una vecina le avisó qué le habían disparado en la cabeza a un vecino de 16 llamado Dani.

Salió de su casa, corrió, porque sabía que el disparo fue cerca de la casa de sus nietos, y entonces vio el charco con masa encefálica, el impacto de la bala,  y la huella de la mano de Dani en la pared. Llegó y todos estaban bien, menos el papá de Daniel, que recién llegaba de trabajar y se encontró con que le habían arrebatado la vida a su único hijo varón, en quien él había depositado todas sus esperanzas. Trabajaba duro para darle  a Dani las posibilidades que él no tuvo en sus Misiones natal. Había llegado a Buenos Aires hacía casi 20 años atrás en busca de una calidad de vida mejor, pero jamás imaginó encontrarse viviendo la peor de las pesadillas. El dolor tan grande de ese hombre conmovió  a María de tal manera que se puso en frente del pedido de justicia y oportunidades para los chicos con problemas de adicciones.

Su lucha empezó el  5 de Abril, un día antes de su cumpleaños, en el peor de los lugares, la sala velatoria del barrio. Vio la escena más desgarradora que jamás había visto, un hombre, al que no sólo le habían sacado un hijo, también sus fuerzas, sus sueños, sus esperanzas, su futuro, sus ganas de vivir. En fin, con la vida de su hijo le sacaron también la suya. María pensó: “¿Quién soy yo para que no me pase lo mismo?”; comprendió que si ella hacía algo para que no vuelva a ver la misma escena, entonces la muerte de Dani, no habría sido en vano.


Autora: Sol Gavilán.

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