Los ojos de ella brillaban,
los de él lloraban.
Ella agradecía la oportunidad,
él maldecía la desdicha.
Ella saltaba de alegría,
mientras él lamentaba la desgracia.
Los hechos eran los mismos,
los ánimos muy distintos.
Agustín Ríos y Ayelen Crespo
los de él lloraban.
Ella agradecía la oportunidad,
él maldecía la desdicha.
Ella saltaba de alegría,
mientras él lamentaba la desgracia.
Los hechos eran los mismos,
los ánimos muy distintos.
Agustín Ríos y Ayelen Crespo
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