martes, 16 de octubre de 2012

El olvido, poema de Victoria Miño, Jaqueline Zeballos y Tamara Molina


Poesía Visual de Nicolás Fernández


Huella, poesía visual de Yaqueline Zeballos, Victoria Miño y Tamara Molina


El mate, poesía visual de Facundo Taranto




Poesía Visual de Evelyn Tarelli y Nahuel Miranda


Collage de Brenda Espinosa, Naara Cópola y Luca Figuera


Poema "Estoy juntando unas palabras" Collage de Leandro Cabrera, Sebastián Santa Cruz y Kevin Rojas


Para Tito, de Franco Rubino


Para Tito

Me visitas de noche en mis sueños, 
vienes a mí, me abrazas, me despierto 
¿dónde estás que ya no puedo verte? 
pero sigues conmigo eternamente. 

A veces necesito tus palabras, 
pero no puedo hablar con los recuerdos, 
se me deshace toda la esperanza, 
y no puedo entender tanta distancia. 

Sabes que te extraño... 
A veces me parece oír tu risa, 
dicen que en el cielo 
uno es feliz, no existe la tristeza. 
Pienso en vos y miro las estrellas… 


Dejame que me quede en este día 
suspendido en el aire de tu aroma 
que la vida me huele a hoja seca 
y es más duro el invierno con tu ausencia. 

Llevame un solo instante a tu presencia 
que tu ausencia me duele intensidades 
¿Quién hubiera pensado que te fueras 
cuando tu vida en flor era una fiesta? 

Sabes que te extraño... 
A veces me parece oír tu risa, 
dicen que en el cielo 
uno es feliz, no existe la tristeza. 
Pienso en vos y miro las estrellas.

Franco Rubino


lunes, 15 de octubre de 2012

La vida de Eustaquio Fariña (relato de migración). Autor: Agustín Fariña



La vida de Eustaquio Fariña
A veces pienso que es el recuerdo el que le da importancia a las cosas, el recuerdo de haber vivido situaciones que me han cambiado la vida.
Todo empezó en 1944, cuando mis padres decidieron dejar nuestro país natal donde viví hasta los 6 años. Decidimos irnos ya que en la granja donde estábamos viviendo nos habían ocurrido varios sucesos desafortunados, algunos de mis familiares comenzaron a enfermarse inesperadamente sin razón alguna y a morir más tarde.
Justa y Angelina, mis dos hermanas mayores, estaban viviendo en Argentina hacía ya dos años, fueron en busca de trabajo para poder seguir con sus vidas. Una parte de mí quería estar allá con ellas; no la estaba pasando bien en Paraguay, Agustín, yo tenía que correr riesgos para poder alimentarme al igual que mi padre Clemente. Entonces decidimos irnos en un lanchón a Formosa en donde estaban mis hermanas; con lo poco que teníamos llegamos a Puerto Elisa y de allí fuimos en bote hasta Clorinda.
Justa nos ayudó a encontrar un lugar en donde pudiéramos vivir con mi familia, tenía un amigo con un terreno que no lo usaba y nos lo dio por un tiempo, no era como la granja de mi padre en el Paraguay pero estábamos cómodos. Justa estaba trabajando en una casa de familia como empleada doméstica; ella decía que le iba bien, aunque yo no lo creía, ya que no la trataban muy bien en esa casa.
Al pasar un año en 1945, comencé a estudiar en la escuela n° 21 con mis hermanas de 12 y 14 años. Como en nuestro país no había escuelas a la cuales pudiéramos concurrir,  yo que tenía 7 años, iba al primer grado junto a ellas. Nosotros que éramos los más chicos aprendimos rápido el idioma, pero mis padres no, en mi casa se seguía hablando el guaraní.
Con el pasar de los años seguía yendo al colegio y al mismo tiempo trabajaba haciéndole los mandados a un anciano y ayudándolo en la casa; era importante tener estas changas porque mi papá no tenía un trabajo estable y se nos hacía difícil comer a diario, éramos ocho y mi padre trabajaba sembrando en el campo que teníamos.
Agus, nunca me voy a olvidar esos momentos que pasaba con mis amigos en Clorinda, cazábamos pajaritos, pero solamente para alimentarnos, ya que muchas veces teníamos hambre y no teníamos plata para comprarnos ni una golosina; también pescábamos en el río con una caña hecha por nosotros.
En 1952 nos mudamos a otro barrio de Clorinda pues conseguimos una vivienda propia. Yo terminé la primaria, mas la secundaria no la pude terminar ya que tenía que trabajar para poder ayudar a mi familia; trabajaba en un bar como lava copas pero no ganaba mucho.
A los dieciséis años tomé la decisión de viajar a Buenos Aires, con la esperanza de conseguir un buen trabajo y ayudar a mi familia. El viaje lo realicé con mi primo Agripino, en un barco de pasajeros que partió desde Formosa a Bs. As. Cuando llegué me instalé en la casa de Justa, quien hacía un par de años se había  casado con Juan Sosa, y vivían en Merlo Norte. No supe más nada de Agripino y lo perdí aquel día en el puerto.
Luego de varios intentos por conseguir trabajo, leí en el diario un aviso que necesitaban empleado en una textil de Once, allí me tomaron; y, al pasar los años, comencé a ganar mejor. Estaba feliz de la ayuda que le podía dar a mi familia que se encontraba en Clorinda.
Conocí a un amigo, Pablo, con quien me fui a vivir a una pensión, cerca del trabajo. Con él pasamos buenos momentos y me ayudó bastante a ubicarme en una gran ciudad.
Un día no muy diferente a otro, mi patrón me pidió que acompañara a la empleada doméstica de su hijo, ya que hacía cuatro años que trabajaba allí y me ubicaba bastante bien. En el camino fui hablando con Rosa, quien me contó que había emigrado de Santiago del Estero. En ese encuentro sentí que algo raro me pasaba con esa mujer. Luego de invitarla a salir varias veces, empezamos una relación y, a partir de allí comencé una nueva vida con tu abuela.
Me quedan grandes recuerdos de esta aventura, no fue fácil, pero valió la pena. Nunca me voy a olvidar de la última vez que pude ir a mi querido Paraguay, tenía quince años y fue la última vez que pude regresar a mi país; fueron seis meses que pasé jugando al fútbol y haciendo lo que quería con un grupo de amigos. Agustín, igual me gustaría visitar alguna vez más a mi país, porque todavía recuerdo como me corría mi padre gritándome- Añamemby-, porque yo no le hacía caso. Siempre voy a recordar a mi madre diciéndome guaykuru, que significa indio… Me quedan grandes recuerdos...

Agustín Fariña

sábado, 13 de octubre de 2012

Poesía de Cristian Catari


En tus ojos
vi la razón
y de tu boca
oí tu voz
yo no voy
a poder dormir
sin estar
con vos.

Cristian Catari

"Tengo vergüenza" de Ezequiel Perini

I
Tengo vergüenza
y me callo
tengo amor y no lo digo
no sé cómo te dijera:
-¿te querés casar conmigo?

II
Al hacer tus ojos bellos,
dos milagros hizo Dios.
de dos gotas de rocío
dos rayos de luz sacó.

III

Hoy estoy alegre,
fue hermoso lo que pasó
dijiste que me querías,
antes que lo diga yo.

Ezequiel Perini

Ser feliz, de Stefanía Garito


SER FELISZ: no es tener una vida perfecta…
Es reír y llorar al mismo tiempo….
SER FELIZ: es amar aunque eso a veces te golpee…
SER FELIZ: es reconocer que vale la pena vivir a pesar de todos los desafíos….
SER FELIZ: es dejar de ser víctimas de los problemas para volvernos autores de nuestra propia historia…
            APROVECHA EL TIEMPO QUE ES ÚNICO  E INFINITO             Stefanía Garito

viernes, 12 de octubre de 2012

Comentario, de Brian Tello y Jhonatahn Esteche

Comentario de “STEFANO” novela de  MARIA TERESA ANDRUETTO



La novela Stefano nos pareció muy triste.
Es  injusta la forma de ir a buscar trabajo a otro país
Y dejar a su mamá sola, sin nada;
pero era la única forma de salir adelante.
Pasaban hambre y tenían las tierras de su padre que había muerto en la guerra.


En su viaje el protagonista conoció a otros que inmigraban a Argentina.
Durante el viaje el barco tuvo un accidente que
provocó la muerte de muchos inmigrantes.


Stefano había llegado al puerto y de allí
tomó un tren a La Pampa, con Pino.
Iban a trabajar granja del tío de este.
Stefano conoce a la prima de Pino: Lina.
Èl y ella se enamoran.



Stefano tocaba muy bien el saxo y empieza
a tocar para el circo, donde conoce a Tersa, la trapecista.
Tersa y él tienen una noche de sexo.
Esa mujer lo contiene cuando se entera de la muerte de su madre.


Y por último conoce a EMA, que era la hija de la amiga de la mamá, su mujer, a quien le narra su historia.


Jhonathan Esteche y Brian Tello

jueves, 11 de octubre de 2012

"El suicido falso de mi abuelo" de Tomás Severino


El suicidio falso de mi abuelo

Cuenta la historia que mi abuelo era un gran travieso.
Un día del año 1934, cuando mi abuelo tenía 10 años, se le ocurrió sacarle el carro a su padre, mi bisabuelo, era vendedor ambulante de verduras, tenía un carro de dos ruedas que se llevaba con las manos. Ese día mi abuelo Ernesto aprovechó cuando su padre se fue a dormir la siesta y con sus amigos “Toto el roña” y “José Carmelo” se llevaron el carro, con José de un lado y Toto del otro tirando, mi abuelo arriba jugaba, con tanta mala suerte que una rueda se partió en cuatro al caer en un pozo, sus amigos salieron corriendo.
El pequeño Ernesto, muy asustado, no quería volver a su casa, entonces decidió antes que lo agarre su padre, un italiano bravo de esa época, su fue hasta la calle donde solía pasar el tranvía y se acostó en las vías a esperar que vengan. Por suerte los tranvías andaban muy despacio, el conductor vio al niño acostado y frenó el mismo, unas vecinas que vieron todo salieron gritando llamando a Doña Rosa, su madre. Ella lo fue a buscar, lo llevó a su casa y con el amor de toda madre lo salvó de la paliza de Don Vicente, su padre. 

Tomás Severino

miércoles, 10 de octubre de 2012

Allá esa historia, de Camila Peralta


Allá esa historia
Esta historia de migración que voy a escribir es un trabajo práctico que mi profesora de Literatura pidió para poder cerrarnos el trimestre. Así que llamé a mi abuela Dominga Ayala, para saber más. Necesitaba saber sobre sus abuelos y su historia de migración. La historia es la siguiente.

  La abuela de mi abuela se llamaba Elisa Martina de Gonzales ella era una polaca, rubia de ojos azules; Elisa migró de Polonia a España con su marido. Mi abuela no recuerda el nombre de él, dijo mi abuela que el marido de Elisa era muy poco hombre y cuando llegaron a España, él la dejó a Elisa. La dejó con una hija de tres años, que se llamaba Emeregilda González.
Ellas vivieron en España mucho tiempo, hasta que Elisa se enfermo y ya no había vuelta atrás, la mamá de Emeregilda moriría y ella tendría que ir a algún lugar donde pudiera trabajar y formar su familia con un hombre de verdad, no como su padre.
 Elisa murió una tarde de agosto de 1920, dijo un médico que murió dormida, su enfermedad había avanzado muy rápido, el médico le dio la triste noticia a Emeregilda, y ella estuvo hasta que enterraron a su madre. La sepultaron un 27 de agosto de 1920 durante la tarde, Emeregilda recordó que a su madre le gustaban los atardeceres. Un hermoso cielo naranja se llevó a Elisa.
Emeregilda estuvo en España, trabajando y ahorrando suficiente dinero como para irse a algún lugar donde pudiera conseguir trabajo y buena paga. Ella estuvo hasta los 17 años en Granada, hasta que tuvo todo el dinero suficiente y se fue en barco a Brasil, la gente decía que en Brasil había mucho trabajo y con buena paga.
 Llegó a Campinho, Camamú (Estado de Bahía, Brasil). Luego se trasladó a Saõ Paulo. Donde consiguió trabajo en una textil que exportaba a Argentina.
 En Saõ Paulo conoció a quien sería su futuro esposo y padre de sus hijos. Conoció a Eulogio Salvador Ayala.
 Eulogio era un brasilero, toda su ascendencia lo era. Él nació en el año 1910, solo cuatro años más que Emeregilda.
 Llegaron a ser muy buenos amigos y se enamoraron. Emeregilda le dio la sorpresa a Eulogio, estaba embarazada, tendrían una hija. Su marido tenía un hermano, morocho como Eulogio, pero con ojos verdes. Algo totalmente inusual. Su nombre era Andrés Antune, Andrés se sentía atraído por la belleza de Emeregilda, Ella era totalmente rubia de ojos azules, como su madre Elisa.
 Luego de nueve meses nació la hija de Emeregilda y Eulogio, pero ya no estaban en Saõ Paulo. Habían ido a Misiones, Argentina. Allí nació y creció Dominga Ayala hija de Emeregilda González y Eulogio Salvador Ayala. Por algo de lógica mi abuela nació rubia con ojos marrones.
 Mi abuela Dominga me contó que el papá de Emeregilda era español, por eso su apellido González.
 Dominga vivió en Misiones, e hizo su carrera como una cantante en bares y pubs.
Ella era joven, tan solo 25 años y su voz era muy hermosa. Pero antes de cantar tuvo hijas. Su primera hija se llamaba Agustina, que la tuvo a los 15 años. Después llegó Catalina, la a los 18 años; a mi mamá Isaida (que cambió su nombre a Vanesa Esther) la tuvo a los 20 años.
Sus hijas eran su inspiración para cantar y escribir sus propias canciones.
Isaida, actualmente Vanesa Esther. Nació en Misiones y viajó a Buenos Aires a los 10 años.
 Mi mamá conoció a mi papá Miguel Ángel Peralta. A la edad de 15 años y estuvieron mucho tiempo juntos; a pesar de todo aún siguen juntos.
Ellos eran muy felices juntos y formaron su familia. Mi mamá tuvo a mi hermano Miguel Ángel Peralta, a la edad de 21 años. Dijo mi papá que él y mi hermano se llaman igual por una costumbre de que al 1° hijo varón se lo llama como a su padre. Después llegué yo Camila Belén Peralta Ayala, llevo el apellido de mi papá y mi mamá. Me pusieron Camila por la película ‘’Camila’’. Luego, mi hermana Patricia Luján Peralta, su segundo nombre es por una promesa a la virgen de Luján y, por último, Mauricio Emanuel Peralta Ayala, su nombre es por Mauricio Macri que es hincha de Boca Juniors.

Y ya no hay más migraciones que contar. Espero que hayan disfrutado la historia de mi familia.



                                            Camila Peralta

Adopción en tierras lejanas, relato de migración escrito por Florencia Valdez


Adopción en tierras lejanas

            Hace unos 78 años atrás, en julio de 1930, en Santiago de Lugo, España; una pareja integrada por Doña María del Carmen Pozo y Don Antonio Alejo Bernárdez, se casaban en la iglesia del pueblo.
            Pasaron los años y no pudieron concretar lo que más anhelaban, lo que toda pareja sueña, un hijo.
             En España probaron suerte para la adopción, pero no lo consiguieron. Una tarde el cartero le trajo una carta proveniente de Argentina de una familia amiga que había emigrado hacía unos años a Argentina, supieron que adoptar en ese país era más sencillo. 
            Antonio y María del Carmen decidieron emprender viaje. Este duró varios días a bordo de un barco. Cuando llegaron a Argentina se hospedaron en un hotel de la Capital Federal, el Hotel de los inmigrantes; después de unos meses por fin les entregaron a una bebé a quien luego la  llamarían Delia.
            Finalmente la pareja se quedó en Argentina, compraron una casa en el barrio de Floresta.
            Esta niña creció con mucho amor; en la adolescencia era muy estudiosa y un poco más grande, a los 23 años, se convirtió en modelo de la revista de modas "Claudia".
            Un día tuvo que hacer unas fotos en Santiago de Chile pero tristemente allí conoció la muerte, sufrió un infarto al corazón. Sus padres estaban destrozados y querían volver a su país natal.
            Unos amigos Argentinos, más bien unos vecinos de la comunidad gitana, les ofrecieron adoptar a una bebe, la felicidad volvió a esta pareja.
            A esta niña le querían poner el mismo nombre que tenía su hija fallecida pero el juzgado no lo permitió; entonces, en vez de Delia le pusieron Celia.
            Celia hoy en día es la madre de la tía de Florencia.

Florencia Valdez

jueves, 4 de octubre de 2012

Las historias saltan atrás y adelante (cuento de horror). Luciana Monzón


Las historias saltan atrás y adelante
(cuento de horror)

     Alberto  iba a la casa de los Kelm  a asustarlos todas las noches.  Era una noche de lluvia, en la casa no se encontraba nadie… solo él. Era un señor muy malo, que había vivido en esa  casa hasta que decidió quitarse la vida…Él los asustaba siempre a los dueños de casa. Los Kelm no sabían de su historia.                                                                      
     Esa noche, cuando regresó la señora, Alberto se le apareció en la habitación, pidiéndole que se vayan porque, si no lo hacían, la iban a pasar muy mal. Ella quedó muy asustada y le pidió a su marido que se fueran  de ahí.
     El señor Kelm pensaba que era una alucinación de ella, pero la vio tan asustada que decidió ir a buscar a la mujer que les vendió la casa. La encontró, y ahí se dio cuenta de que su esposa no le estaba mintiendo. Así fue como se enteró de la historia de Alberto.
     Tomaron una decisión, mudarse. Pero no se les hizo fácil porque nadie quería comprar esa casa ya que sabían lo que pasaba allí. Entonces resolvieron llamar a un cura para que les bendijera su hogar, pero nuevamente se les apareció Alberto.
     Ellos ya no sabían qué hacer, estaban desesperados, no podían encontrar una solución. Tomaron una decisión ambos: quitarse la vida.                                              
      Finalmente se dieron cuenta de que las historias pueden volver atrás y saltar hacia adelante.
Luciana Monzón

"Tu nombre", texto poético en prosa de Ezequiel Rocha


Tu nombre

Trato de escribir en la oscuridad tu nombre. Trato de escribir que te amo. Trato de decir a oscuras esto. No quiero que nadie se entere, que nadie me mire a las tres de la mañana, paseando de un lado al otro de la estancia, loco lleno de ti, enamorado, iluminado, ciego, lleno de ti. Demostrándote, digo tu nombre con todo el silencio de la noche, lo grita mi corazón, amordazando. Repite tu nombre, vuelve a decirlo, lo digo incansablemente y estoy seguro de que habrá de amanecer.

Ezequiel Rocha

Opinión sobre Televisión por la Identidad, de Jorge Cuesta


Opinión sobre Televisión por la Identidad

Caso Juan Cabandié

Para mí el padre del protagonista y la madre tenían algo con la desaparición de los padres de Juan; por eso la madre tenía tanto miedo de decirle la verdad. Pero Juan fue valiente y después de tanto buscar, encontró su verdadera identidad.
También me pareció mal que el padre le levantaba mucho la mano a su hermana y a él; y la madre no dijera nada por miedo.
Me parece que televisión por la identidad es una buena propuesta para encontrar a los hijos y nietos desaparecidos.
Jorge Cuesta

No tuvo tiempo, cuento de Mateo González


No tuvo tiempo


            Él no recuerda como todo había comenzado, le venían a la cabeza imágenes horrorosas de aquel día. Recordaba que la señorita Schwan venía de Inglaterra de vacaciones con su esposo. Iban a pasar el verano en una posada cerca de la playa, yo de cortesía los invité a tomar el té.
    La señorita me parecía simpática, bonita y con carisma, pero el esposo todo lo contrario, no me agradaba. En un momento la señora se fue al baño y él empezó a hablar mal de ella. No me agradaba en nada, le pedí que me acompañara a la cocina, cuando entramos tomé el cuchillo que estaba arriba de la mesada y le di tres puñaladas en el corazón. Ella lo vio todo y me dijo: -¿Por qué lo has hecho?-. Y yo me quedé sin palabras.
   Traté de convencerla de que él no la quería, que la odiaba y ella entre lágrimas y gimoteos dijo:-¡Si no me quería me lo hubiese dicho!
  - Lo acepto, sé que estuve mal y le dije – tu tendrás que terminar con esto. Pero tardó minutos en decidir, los vecinos habían alertado a la policía de gritos y llantos, llegaron enseguida, no tuvo tiempo de terminar esto.


Mateo González

Jeremías (retrato) de Jaqueline Gianoni


Jeremías

         Jeremías (mi hermano) nació en el año 1991, tiene 21 años, actualmente vive en Lugano en la casa de su novia. Tiene ojos marrones oscuros, pelo color castaño oscuro, es de piel blanca, medio alto y flaco. 
         Él es un chico muy bueno, divertido y cargoso.
         A veces se manda sus cagadas pero él es uno de mis hermanos y lo amo mucho, es con el que mejor me llevo, nos contamos todo.
         Aunque en ocasiones nos peleemos, siempre voy a estar para retarlo en sus cagadas y siempre voy a estar para escucharlo como él hace conmigo, no quiero que me falte nunca.

Jaqueline Gianoni

"Cambié mi historia", cuento de Mauricio Garito


Cambié mi historia


         Hoy hace 21 años migré de Paraguay en la búsqueda de una mejor situación laboral, allá mi vida era muy prioritaria, hay solo dos clases sociales: ricos o pobres; y por querer salir de esa situación cambié mi historia, dejando atrás mi país. La historia empieza así.
         Era un día lluvioso y húmedo, mes de febrero, mi hija Aurora me pidió 

como obsequio un sobre todo de almidón; pero era muy costoso; yo no sabía de dónde sacar, ya que mis pequeños ingresos solo alcanzaban para los alimentos básicos de mi pequeña familia.
         En esa época mi trabajo consistía en la venta ambulante de productos 
de compras: huevos, leche, queso, etc. Cierto decir que mi prima Carmen  me escribió un correo, en donde me decía la hermosa vida y los buenos ingresos que logró como empleada domestica, enseguida se me vino a la cabeza la idea de abandonar mi Paraguay y encaminarme al Gran Buenos Aires, la gran tierra de las oportunidades (como cada el mundo llama)
         Es así como dos meses más tarde preparé mi bolso, me llené de valor
y abandoné a mis dos hijos, con en el corazón en las manos.
         No fue fácil encontrar empleo, pero de tanto golpear puertas finalmente, en una casa muy pintoresca del barrio de Caballito, mi recibió una señora Alicia Cerempli, con la cual estoy trabajando desde hace 20 años como personal doméstico. 
         Gracias a ella compré mi casa, y un año más tarde, traje a mis hijos
Para disfrutar esto con ellos.
         Hoy hace 21 años que pisé y que miro este suelo bendito, hoy yo-
Julián Rolón- comprobé que Argentina, es realmente, la tierra de las oportunidades.

Mauricio Garito  

De Nápoles a la Argentina (ficcionalización de migraciones). Autora: Daiana Tolaba


De Nápoles a la Argentina


         Bruno nació en Nápoles (Italia), vivía junto con su familia: su padre, madre y hermano cuando sucedió la Segunda Guerra Mundial.
          Él y su familia tenían miedo de que mataran a alguno de la familia. Entonces decidieron salir de ahí, vendieron sus muebles y su casa para poder pagar el viaje y comprarse un terreno o una casa en Buenos Aires, querían alejarse lo más lejos posible de la guerra.
         Bruno tenía 12 años, muchas personas también querían escaparse de la guerra, ellos sabían que no la iban a pasar nada bien, decidieron escaparse por medio de un barco que se dirigía a Argentina, Bs.As.
         En el viaje habían pasado tristeza por dejar parte de la familia. Otras personas viajaban con ellos. Bruno pensaba que era un sueño lo que estaba viviendo, “a veces pienso que no es verdad lo que ha pasado".
         Cuando al fin habían llegado a Bs.As. se instalaron en el  partido de Morón, compraron un terreno en un lugar donde había todo campo. Allí empezaron a construir su casa poco a poco.
         El padre de Bruno empezó a buscar a dónde podía trabajar; le costó un poco pero pudo conseguir un trabajo. Trabajaba para poder salir adelante con su familia económicamente y estar mejor, también gastaban plata en materiales para terminar su casa.
         Con el tiempo y días de trabajo pudieron mejorar.

Daiana Tolada

Poema libre (Con intertextualidad de Juan Ramón Jiménez) Autor: Tomás Condori


Boca a tu boca
entro en una laguna verde
verde como las hojas
como las hojas del sauce
que caen cuando se caen
si no te miro amor
con esta poca alma a destajo
en una noche de ron
de la cabeza estaba yo
y me encontraste bien
porque tú ya estabas ahí.

Tomás Condori

"La plaga". relato de ciencia ficción de Federico Poublan y Santiago Souto


                                           LA PLAGA

  En un tiempo muy lejano, hace unos 30 años aproximadamente. Hubo un ataque a la ciudad de Washington D.C., el 20 de febrero de 1992. Una especie de plaga atacó a la ciudad. La plaga no era de ningún animal, bicho o criatura salvaje conocida.
   Todo empezó el 15 de febrero de 1992 cuando alertas de terremoto llegaron, era la primera vez que algo así sucedía en ese lugar. Todos estaban exaltados, ya que no era algo común algo así. El 18 de febrero a las 15:35 p.m. llegó el temblor. Hubo destrozos, gritos, varios muertos y heridos, los edificios quedaron completamente destrozados y las calles estaban agrietadas hasta el fondo.
    La ciudad empezó a atender a la gente herida, muchos de ellos graves. El 20 de febrero a las 5:30 a.m. Se escuchaban ruidos muy extraños de personas y algo más que no se pudo reconocer. Varios ciudadanos fueron a investigar, la ciudad estaba en mal estado y por el temblor no había luz, la gente llevaba linternas para ver el camino y al llegar al lugar de donde parecían provenir los gritos no encontraron, lo único semejante a un humano eran pequeños rastros de sangre en el piso.
 Las investigaciones de lo ocurrido no llevaron a nada pues no había rastro de ningún humano ahí. Un par de días después las personas ya no le prestaban atención a ese asunto. Pero de repente varios de esa zona comenzaron a enfermarse, no se sabía bien por qué era pero algunos sospechaban que el temblor podía haber traído algo más. Las personas que se enfermaban no pasaba las 24 hs., era algo muy extraño, ya no se curaba con nada y el tiempo no era el suficiente para poder investigar y encontrar la cura. 

Un grupo de personas que ya estaban cansadas de todo eso, empezó a investigar la zona en la que ocurrió eso, y después de un tiempo encontraron algo interesante: en el centro de la zona, cerca de donde encontraron los rastros de sangre, encontraron una grieta más grande que ninguna otra y, por lo que parecía, muy profunda. De ella provenía un hedor muy extraño y asqueroso a la vez. Al caer la noche,  empezó a cubrir la grieta una especie de lo que parecía ser una  “plaga”, que salió a la superficie.
   Esas cosas prácticamente devoraron a las personas que observaban y los ciudadanos que pudieron escapar; dieron alerta mundial por lo ocurrido. Algunas personas que escaparon fueron mordidos por esas cosas, no muy grave pero notables heridas se observaban. Al querer atenderlas, las personas repentinamente morían en el mismo transcurso que los supervivientes de la zona. 

    Al parecer el temblor había abierto una parte de la tierra hacia el fondo y liberó algo que nadie conocía. 
     La ciudad rápidamente fue evacuada por los militares que llegaron con la alerta. La ciudad aun existe pero ya nadie la habita, jamás se supo qué fue aquella cosa, lo único que se sabe es que sigue allí y la gente que se enteró de esto cada día se preocupa de que esas cosas salgan y comiencen a invadir; o que otro temblor libere algo igual; pero estamos alertas de eso porque, sea lo que sea que se libero, puede acabar con todos si no nos preparamos.


Santiago Souto y Federico Poublan

Adopción en tierras lejanas (ficcionalización de historias de migración) de Florenciz Valdez


Adopción en tierras lejanas

            Hace unos 78 años atrás, en julio de 1930, en Santiago de Lugo, España; una pareja integrada por Doña María del Carmen Pozo y Don Antonio Alejo Bernárdez, se casaban en la iglesia del pueblo.
            Pasaron los años y no pudieron concretar lo que más anhelaban, lo que toda pareja sueña, un hijo.
             En España probaron suerte para la adopción, pero no lo consiguieron. Una tarde el cartero le trajo una carta proveniente de Argentina de una familia amiga que había emigrado hacía unos años a Argentina, supieron que adoptar en ese país era más sencillo. 
            Antonio y María del Carmen decidieron emprender viaje. Este duró varios días a bordo de un barco. Cuando llegaron a Argentina se hospedaron en un hotel de la Capital Federal, el Hotel de los inmigrantes; después de unos meses por fin les entregaron a una bebé a quien luego la  llamarían Delia.
            Finalmente la pareja se quedó en Argentina, compraron una casa en el barrio de Floresta.
            Esta niña creció con mucho amor; en la adolescencia era muy estudiosa y un poco más grande, a los 23 años, se convirtió en modelo de la revista de modas "Claudia".
            Un día tuvo que hacer unas fotos en Santiago de Chile pero tristemente allí conoció la muerte, sufrió un infarto al corazón. Sus padres estaban destrozados y querían volver a su país natal.
            Unos amigos Argentinos, más bien unos vecinos de la comunidad gitana, les ofrecieron adoptar a una bebe, la felicidad volvió a esta pareja.
            A esta niña le querían poner el mismo nombre que tenía su hija fallecida pero el juzgado no lo permitió; entonces, en vez de Delia le pusieron Celia.
            Celia hoy en día es la madre de la tía de Florencia.

Florencia Valdez

Mi historia, de Lucas Redondo


                                       

Mi historia


  No sé cómo empezar esta historia, así que les voy a contar un poco sobre mí. Me llamo Lucas y tengo 15 años, mi vida es un poco dura. Mis viejos están separados y vivo con mi mamá, y con mi viejo voy los fines de semana.
   Les voy a contar de mi pasado, en todos los años que viví, viví en diferentes lugares Gral. Rodríguez, Ciudad Evita, Villa Crespo y otros lugares que no me acuerdo.
  Por desgracia, un 10 de octubre, yo era chico, pero sabía que era el cumpleaños de mi papá, ese día fue el peor día para mi viejo, le había llegado la horrible noticia de que el hermano, o sea mi tío, había fallecido. Yo veía a mis familiares llorar pero no entendía nada.       Pasaban los días, los años y yo me acordaba de ese día y me aguantaba el llanto.
  Transcurriendo los años y con tantas mudanzas conocí a diferentes chicos, que pasaban a ser mis amigos  y siempre por la mudanzas tenía que cortar la amistad.
  Me acuerdo que una noche, cuando tenía 8 años, fui a comprar y veía una movida rara, cuando estaba volviendo, un chabón estaba pasando y me acuerdo que estaban otros dos parados, pasé tranquilo y en silencio cuando escucho: “¡Dame todo porque te mato!”, cuando me di vuelta; uno de los dos tipos tenía un arma apuntándolo en el estómago y me fui corriendo, por suerte no los vi nunca más.
  Ahora, teniendo 15 años por cumplir 16, me acuerdo de mi tío y me pongo a llorar, y tengo ganas de tirarme debajo de un camión, pero pienso en mis familiares, en especial en mis viejos y no lo hago. Ahora vivo con un recuerdo horrible, y todos los 10 de octubre trato de no llorar por el cumpleaños de mi viejo y trato de estar lo mejor posible.
  A veces sueño, bah no sé si es un sueño o una pesadilla, sueño que estoy con mi tío y se me muere en los brazos, y me levanto llorando y no me puedo dormir.
  También gracias a Dios tengo amigos y a mi novia, que me sacan una sonrisa cuando estoy mal y sigo para adelante.
Lucas Redondo

miércoles, 3 de octubre de 2012

Antonella (retrato realizado por Mariana Palacios)


Antonella (retrato)


            Antonella (mi sobrina e ahijada) nació en el año 2010, actualmente vive en el barrio de Villegas en la casa de sus abuelos.
         Tiene ojos marrones oscuros, pelo color castaño claro un poco enrulado; es de piel blanca, petisa y flaquita.
         Ella es una nena muy buena, simpática, divertida, cargosa, maricona, caprichosa y muy hermosa. Con ella me divierto mucho, aunque a veces me dan ganas de matarla; pero a pesar de todo la amo, es lo mejor que me pasó en la vida. Es todo para mí y espero que nunca me falte      

                             Mariana Palacios

martes, 2 de octubre de 2012

HISTORIA DE MIGRACIÓN (ficcional) de Santiago Adelardi


HISTORIA DE MIGRACIÓN 

*        Hoy, día 22 de mayo la guerra está más dura que nunca. Es casi imposible vivir así; sin provisiones, sin un lugar seguro, con muertes por todos lados. Solo quedamos cuatro personas en el grupo.
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*         Bueno, por suerte estamos en el día 26, todos con vida. Encontramos una casucha en el bosque, estaba abandonada y sucia pero es suficiente para aguantar este maldito frío. 
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*        Estamos alegre hoy, sin importar nuestras necesidades. Escuchamos a unas personas que estaban comprando, que en un puerto del sur de Londres están juntando refugiados de la guerra para sacarnos de esta mierda. Suponemos que irán a América (Latina), donde van la mayoría.
Reuniremos lo suficiente para irnos, tenemos un largo camino que hacer.

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*        15 de junio, ¡¡¡estamos cerca!!!, queda muy poco. Como mucho un día a pie, tal vez, y con suerte, alguna carreta nos pueda acercar. 
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*        Odio este País ¿Por qué a nosotros?
Era todo un chiste de los Alemanes, querían matarnos a todos, solo unos pocos pudimos escapar. Los que murieron o se quedaron peleando con los soldados.
Han muerto mi esposa y nuestro gran amigo. Ahora solo somos dos.
Con todo lo que paso espero tener el tiempo suficiente para que sanen nuestras heridas y poder tener nuestro duelo.
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*        Por suerte vimos pasar algunos soldados, pero como nos escondimos, no nos vieron, ni escucharon.
Tuvimos una idea, conseguir un bote, que no es tan difícil, pero lo complicado en conseguir la comida para una viaje tan largo. Pero lo intentaremos.

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*         Me tardé en escribir (día 30 de Julio) pero estuve trabajando duro en conseguir lo suficiente para el viaje.
Ahora entiendo cuando dicen: “Todo a su debido Tiempo, se puede Lograr”. Ahora solo nos falta un bote.
En cuanto a la guerra, todavía perdura. Se dice que le quedan unos años más.
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*         Tengo el sentimiento que algo raro pasará. Algunas cosas muy buenas están pasando.
Encontramos a un grupo de cinco personas, que querían hacer el mismo viaje que nosotros. Solo que no tienen los recursos suficientes, como comida y vestimenta, pero si el bote. Decidimos juntarnos; nosotros compartíamos los recursos (comida) y ellos nos ayudaban en el viaje.
Al Fin. ¡¡Lo Lograremos!!
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*         Primer día de viaje, algo denso pero estamos felices. Empezamos el camino para dejar esta mierda.
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*         Tercer día, vimos una flota. Por suerte eran americanos y no les importamos, ya que nuestros países son aliados. Espero no tener otro susto de estos.
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*         Décimo día, algo cansino y aburrido. Agua aquí, agua allá, agua en todos lados, ya es aburrido ver agua. Espero que pase más rápido esto.
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*         A dos días de llegar, estamos muy ansiosos. Vimos algo de tierra, muy a lo lejos pero dicen que es Brasil y que allí no es a donde vamos, sino que a Argentina.
Donde aceptan a extranjeros y le dan un trabajo.
Con tener techo y comida, estaré muy feliz.
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*        Día de llegada, es algo raro estar aquí. Es muy distinto a Inglaterra. Acá en Buenos Aires todo es muy silencioso. El único problema y el de todo el grupo es el de no entender nada. No entendemos a las personas, ni a los carteles. Esto será algo más difícil de lo que pensaba.
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*        Bueno, esta será la última vez que escribiré, luego de 30 años. Volveré con mi esposa y mis dos hijos a Londres para que mis hijos conozcan mi lugar, mi primer hogar. Lo único que espero, es que no conozca el Londres que yo conozco, en guerra.
Si consigo trabajo y este todo bien, nos quedaremos. Pero si no, volveré a mi verdadero hogar, Argentina.

Santiago Adelardi